Cuando hablamos de cuidados para la piel, uno de los pasos más importantes es la humectación. Pero ¡Ojo!, no la confundas con hidratación, esta tiene como objetivo aportar y reponer a profundidad los niveles de agua de la piel para mantenerla hidratada en grado celular.
Entonces ¿Cuál es el objetivo de la humectación?
El objetivo de la crema humectante es ayudar a reponer los aceites naturales de la piel y retener las moléculas de agua aportadas con ayuda de la hidratación, ya sea por vía tópica o gracias a los alimentos y líquidos que consumimos.
Toma en cuenta que el cuerpo humano está compuesto por tres cuartas partes de agua, y perder esos niveles de hidratación es terrible para la piel, causando pérdida de luminosidad, sensación tirante y/o acartonada, en casos extremos puede presentar picor, irritación y descamación.
Al retener las moléculas de agua, la humectación ayuda a crear una barrera en tu piel, evitando así que agentes externos como el clima o la contaminación, se lleven ese líquido tan preciado.
¿Qué debe contener un buen humectante?
Los humectantes se pueden encontrar en forma de lociones, cremas, geles o hasta sueros y generalmente contienen activos que hidratan y otros que aportan suavidad a la piel.
Estos ingredientes pueden ser aceites de origen natural como los siguientes:
- Aceite de caléndula que es un gran anti-inflamatorio.
- Aceites de aguacate y de argán que aportan suavidad.
- Aceites de girasol o de almendras que son excelentes hidratantes y antioxidantes.
O también extractos de:
- Capsicum, como auxiliar en el alivio del dolor.
- La Manteca de Karité como hidratante.
- Extracto de Manzanilla que es anti-inflamatorio.
- La Rosa Mosqueta, un reconocido regenerador de la piel.
Como te comentamos al principio, hidratar y humectar pueden no ser lo mismo, pero sí son dos pasos que debes incluir juntos en tu rutina de cuidado corporal.
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